Duna: Parte Dos, una experiencia audiovisual surreal y envolvente

A una semana del estreno de la segunda entrega de Dune, la película ya se posiciona como las más taquilleras de este año. Duna une a los fanáticos del espacio, de Star Wars, de las películas ambientales, los sonidistas, músicos y cinéfilos en una ópera de dos horas y media que supera por mucho a su precuela.  

En esta nueva entrega, Paul se enfrenta a la vida en Arrakis conviviendo con los Fremen, aprendiendo sus costumbres y creencias...y lidiando con los rumores de que es el Mesías que tanto se escuchaban en las leyendas del planeta. Crece su relación con Chani (Zendaya), y emprende un camino de autodescubrimiento y poder, entrando en un dilema sobre cómo lidiar con las expectativas que los nativos tienen de su persona, y lo que su llegada representa. 

Los efectos especiales son magníficos y sin duda el director Denis Villeneuve conoce como la palma de su mano a los personajes, realizando cambios importantes pero que solidifican a la historia y a ellos mismos. La musicalización, siendo trabajo de Hans Zimmer, tal como en la primera película, le agrega muchísimo a la narrativa audiovisual y regresan los efectos de sonido que caracterizan a estos filmes, con voces que te susurran o gritan, o que hablan, lo que te exalta y te introduce a ser parte de la historia y no solo espectador. 

Se quedará en salas por durante el próximo mes, quizás dos meses, y si tienen la oportunidad, no la desperdicien: está construida para tener una experiencia audiovisual completa y envolvente, que vale totalmente la pena en una gran pantalla. Es una ópera espacial que plantea un mensaje antiimperialista, repleta de símbolos y toda la atmósfera que crea es simplemente magnifica y surreal.