Del lienzo a la pantalla grande: la influencia del romanticismo en el cine

El arte en la antigüedad funcionaba como un modelo a seguir. En un mundo donde no existían las fotografías, la pintura era la única manera de retratar visualmente el alrededor, y desde tiempos inmemoriales, éste se ha plasmado y simplificado con imágenes. El arte imponía un estilo de vida así como estereotipos, y era un símbolo de estatus y sabiduría. La familia Medici, una familia rica en la época renacentista mandaba a pintar cuadros para decorar su vivienda y proyectar así una imagen de conocimiento y que eran una familia ilustrada.

Foto: El Nacimiento de Venus (1487), Boticelli

Foto: Graffiti en Hostomel, Ukrania (2022) Bansky.

En nuestro presente, el arte es visto como algo más rebelde, como protesta, o como revelación de emociones y de sentimientos honestos que pocas veces apreciamos en nuestra vida cotidiana.

Uno de los artes del presente es sin duda el cine, llamado el séptimo arte y con razón: funciona como un medio para representar gráficamente nuestras vidas, sueños, tragedias, pensamientos, y al ser más accesible a las personas, su mensaje tiene mayor impacto. Tal como las pinturas, esculturas y demás, el cine y video se han convertido en una muestra de estatus, -pero también de entretenimiento-, y sabiduría. 

Foto: Luz de Luna, Barry Jenkins (2018)

Y, si llamamos al cine como el retrato del presente, tal como las pinturas eran en el pasado, bien podríamos señalar las obras de arte que han inspirado a cineastas, y cuyas referencias podemos apreciar en escenas y planos de las mismas. Cineastas como Akira Kurosawa, Sofia Coppola, Vincente Minnelli, Lars von Trier, George Lucas,  Paul Thomas Anderson, Pedro Almodóvar y más, han mirado hacia algunas pinturas icónicas para crear imágenes que han marcado la historia del cine.

A continuación exponemos algunas de las comparaciones y como el arte no sólo inspira el plano y fotografía, sino que se une con la historia, entrelazando ambos significados y dándole más reconocimiento a la pintura: no es una mentira que el arte se aprecia más cuando se tiene un conocimiento previo, y cuando hay una unión sentimental con este, además de un profundo entendimiento que puede llegar a lo subjetivo.

Ofelia y Melancolía

Ofelia, personaje de la novela de Shakespeare, Hamlet, hace una breve aparición, que termina en tragedia, pero que ganó popularidad a través de la historia. La tragedia, el romance y la melancolía son algunas de las cosas que representan Ofelia, el cual se le reconoce como una gran aportación de Shakespeare al mundo visual. La pintura de Millais representa la tragedia de manera hermosa, brutal, en donde Ofelia se encuentra acostada en el lago, muerta, rodeada de flores que representan la belleza y la cúspide de la vida, solo para tener un cuerpo inerte en el centro de ellas. 

Dentro del cine, el desarrollo de un aspecto visual es crucial para darle un significado; genera todo un concepto y una estética reconocibles, que sirven como justificación para la historia, y logran crear un vínculo con el espectador. Melancolía, de Lars Von Tier, es una perfecta representación de la estética creando atmósfera y una esencia única a la película. La locura, siendo una representación principal de Ofelia, es tratado en Melancolía, y tener conocimiento previo de qué se está referenciando, sirve para incluso entender la propia película y su intención.

Foto: Ophelia (1852), John Everett Millais

Foto: Melancolía (2011) Lars Von Trier

Dunkirk y el Caminante sobre un mar de nubes

Una de las principales características del romanticismo fue su retrato de las fuerzas de la naturaleza: tormentas, vientos, lluvias, lagos, mares…lo llamaban “sublime” como algo majestuoso, de grandeza y profundidad admirables. El cuadro de Friedrich representa a un hombre que se siente sobrecogido por la naturaleza, la belleza y lo espiritual, siendo él protagonista sin quitarle mérito al paisaje. En el poster de Dunkirk se puede ver una composición similar, resignificando la pintura y dándole un giro más frío, mostrando al hombre de espaldas enfrentándose ya no a una naturaleza sobrecogedora, sino un infierno desatado por la humanidad. El hombre ya no admira el horizonte, sino que lo ve con miedo y cansancio, se siente aislado y solo, en medio de la monstruosidad.

Foto: Dunkerque (2017) Christopher Nolan

Foto: Caminante sobre un mar de nubes, Friedrich, 1818